viernes, 14 de mayo de 2010

Esta noche brindaremos, bajo la luz de la Luna.




Las nubes no se aguantan: unas están dejando caer gotitas que, con la emoción, no son capaces de controlar; otras, viendo a los amantes, están poniéndose tan nerviosas y cargándose de tanta energía que les dan ganas de tronar; y otras, se acercan al suelo queriendo saber lo que le dice a su enamorada. Quieren saber si hablan de la Luna, para luego decirle que no se preocupe, que en el fondo sólo piensa en ella.

La Luna les ha visto besándose, y la noticia ha corrido como la pólvora. El cielo, que ya estaba despejado, se está llenando de nubes que vienen, como siempre, curiosas, a enterarse de cuanto se puedan enterar. Confundiéndose unas con otras, acaba por ocupar todas las localidades, y la Luna se queda sin ver lo que pasa.

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